La médula ósea es un material blando parecido a una esponja que se encuentra en el interior de los huesos. La médula ósea contiene células inmaduras llamadas células madre hematopoyéticas que son las células madre que forman la sangre. (Las células madre hematopoyéticas no son como las células madre embrionarias, las cuales se pueden convertir en cualquier tipo de célula del cuerpo). Las células madre hematopoyéticas se dividen para crear más células madre que forman la sangre, o se transforman en una de estas tres clases de células sanguíneas: glóbulos blancos que combaten la infección; glóbulos rojos que transportan el oxígeno; o plaquetas que ayudan a que coagule la sangre. La mayor parte de las células madre hematopoyéticas se encuentran en la médula ósea, pero algunas células, las células madre de sangre periférica, se encuentran en el torrente sanguíneo. La sangre en el cordón umbilical también contiene células madre hematopoyéticas. Las células que provienen de cualquiera de...
Examen de antígenos de histocompatibilidad Con el fin de minimizar los posibles efectos secundarios, los médicos trasplantan con más frecuencia células madre que son las más compatibles con las del paciente. Cada persona tiene un conjunto distinto de proteínas llamadas antígenos del grupo leucocitario humano A (HLA) en la superficie de las células. Este conjunto de proteínas, llamado tipo HLA , se identifica por medio de un análisis especial de sangre. En la mayoría de los casos, cuanto más compatibles son los antígenos HLA de las células madre del donante con los de las células madre del paciente, más exitoso es el trasplante alogénico. En cuanto mayor es el número de antígenos HLA compatibles, mayor será la posibilidad de que el cuerpo del paciente acepte las células madre del donante. Por lo general, es menos probable que los pacientes padezcan la complicación conocida como enfermedad de injerto contra huésped (GVHD) si se comprueba correctamente la compatibilidad ...
Hemos pasado por un camino largo de incertidumbres en los que no sabíamos a quiénes acudir ni cómo "armar" nuestro esquema para poder salir victoriosos de esta difícil etapa. Fue en el mes de marzo del 2012 cuando nos dieron la noticia; mi padre tenía leucemia. En menos de 24 horas nuestras vidas cambiaron para siempre. Fue una noticia terrible que nos puso cara a cara con la incertidumbre y el dolor. Sólo sabíamos que teníamos que enfrentarla sin darle chance a nada. La actitud la teníamos pero no el tiempo y dimos muchas vueltas en un mismo circulo sin tener respuestas inmediatas o llegamos a los lugares equivocados a buscar respuestas con las personas no indicadas. No sólo era físicamente agotador sino que nos desgastaba mentalmente pensando de que el tiempo se nos iba de las manos. Atravesar por esta situación nos ha hecho conscientes de que carecemos de información inmediata y accesibilidad a tratamientos, de que perdemos tiempo valioso que permitiría una ...
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