La médula ósea es un material blando parecido a una esponja que se encuentra en el interior de los huesos. La médula ósea contiene células inmaduras llamadas células madre hematopoyéticas que son las células madre que forman la sangre. (Las células madre hematopoyéticas no son como las células madre embrionarias, las cuales se pueden convertir en cualquier tipo de célula del cuerpo). Las células madre hematopoyéticas se dividen para crear más células madre que forman la sangre, o se transforman en una de estas tres clases de células sanguíneas: glóbulos blancos que combaten la infección; glóbulos rojos que transportan el oxígeno; o plaquetas que ayudan a que coagule la sangre. La mayor parte de las células madre hematopoyéticas se encuentran en la médula ósea, pero algunas células, las células madre de sangre periférica, se encuentran en el torrente sanguíneo. La sangre en el cordón umbilical también contiene células madre hematopoyéticas. Las células que provienen de cualquiera de
Examen de antígenos de histocompatibilidad Con el fin de minimizar los posibles efectos secundarios, los médicos trasplantan con más frecuencia células madre que son las más compatibles con las del paciente. Cada persona tiene un conjunto distinto de proteínas llamadas antígenos del grupo leucocitario humano A (HLA) en la superficie de las células. Este conjunto de proteínas, llamado tipo HLA , se identifica por medio de un análisis especial de sangre. En la mayoría de los casos, cuanto más compatibles son los antígenos HLA de las células madre del donante con los de las células madre del paciente, más exitoso es el trasplante alogénico. En cuanto mayor es el número de antígenos HLA compatibles, mayor será la posibilidad de que el cuerpo del paciente acepte las células madre del donante. Por lo general, es menos probable que los pacientes padezcan la complicación conocida como enfermedad de injerto contra huésped (GVHD) si se comprueba correctamente la compatibilidad de l
La irradiación de componentes (paquete globular y/o plaquetas) elimina la posibilidad de desarrollo de Enfermedad Injerto contra Huésped Asociada a Transfusión (EICH), la cual es mortal en el 95% de los casos. Es el único método reconocido a nivel mundial para evitar el desarrollo de dicha enfermedad. Los linfocitos T del donador, cuando no son irradiados, proliferan y causan reacción de rechazo en el receptor. Una dosis de radiación 2500 cGy asegura que la capacidad de reproducción de los linfocitos no se lleve a cabo en el receptor y por lo tanto se evita el desarrollo de la EICH. Muchos médicos piden este servicio para evitar que la transfusión sea rechazada por el paciente. Además, en el paquete globular se coloca siempre con un filtro que impide el paso de coágulos sanguíneos. A veces los hospitales y clínicas no dan este servicio de manera inmediata y puede tomar hasta tres días. Si se trata de una emergencia, el médico tratante puede emitir una orden al banco de sangre p
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